Iniciaron las presiones a la Asamblea Constituyente. Ayer, alrededor de un centenar de campesinos de la Federación Única de Trabajadores de Pueblos Originarios de Chuquisaca (Futpoch) exigieron a los constituyentes que la Asamblea sea declarada originaria, plenipotenciaria y que el nuevo texto constitucional sea aprobado por mayoría absoluta.
“Los asambleístas que salieron de las organizaciones sociales tienen que respetar la voluntad de sus bases de aprobar la nueva Constitución por mayoría absoluta y declararla originaria”, dijo el secretario ejecutivo de la Futpoch, Damián Condori, en un discurso en la puerta del colegio Junín, donde trabajaban, por separado, la comisión redactora y la bancada del MAS.
El dirigente exigió el inicio del trabajo de la Asamblea y advirtió a los 255 asambleístas que la marcha fue el inicio de la lucha de los sectores sociales para que se respete su voluntad.
Ante los petardos y los gritos de “¡mayoría absoluta!”, los asambleístas del MAS salieron a la puerta encabezados por su jefe de Bancada, Román Loayza, para sumarse a los manifestantes.
Ante el pedido de los marchistas, Loayza ratificó el compromiso asumido con los sectores sociales. “No vamos a retroceder de la absoluta mayoría, además de una Asamblea Constituyente originaria, fundacional y plenipotenciaria, que no significa cerrar el Parlamento sino, por el contrario, respetar la democracia”, dijo Loayza.
El jefe de la bancada masista, volvió a hacer un llamado a las agrupaciones ciudadanas y a partidos minoritarios a sumarse al MAS.
Tras el mitin, asambleístas del MAS, campesinos y funcionarios prefecturales se unieron en una sola marcha que continuó su recorrido por las calles Bolívar, Dalence y Argentina, dirigiéndose hacia la plaza principal.
El grupo de manifestantes y asambleístas consideraron intransigente la posición del Comité Cívico debido a que existe el compromiso del presidente de la República, Evo Morales, de atender el pedido de construcción de un nuevo aeropuerto para Sucre.
La marcha coincidió con el inicio de la novena de la Virgen de Guadalupe que también confluyó en la plaza central. Los masistas se protestaron en la puerta del tercer y segundo piquete de huelga, en la Brigada Parlamentaria y en la Alcaldía.
Varios vecinos que cruzaban por la plaza rechazaron a gritos la marcha, lo cual le valió incluso un par de cachetadas a una anciana, por parte de la asambleísta Isabel Domínguez, la misma que intentó agredir a la podemista Eliane Capobianco, la semana pasada. La anciana había gritado “cállense indios de mierda”.
La marcha se trasladó hasta el frontis del teatro Gran Mariscal desde donde Condori y el presidente departamental del MAS, Edson Olguín, lanzaron nuevos vítores y convocaron a una nueva movilización para hoy a las 14:00.
Para el sábado se ha anunciado la llegada de grupos de campesinos e indígenas a Sucre y para hoy está previsto que los asambleístas del MAS vayan a rendir informe a las oficinas de Pacto de Unidad, ubicadas dos cuadras del colegio Junín.
Representantes tarijeños se llevan la peor parte
Los que peor reaccionaron a la marcha fueron los asambleístas tarijeños de MNR-FRI, porque fueron agredidos verbalmente y amenazados con ser chicoteados si no aprobaban el tema de la mayoría absoluta.
Así denunció el presidente de la bancada, Roy Moroni, que pidió garantías a la presidenta de la Asamblea, Silvia Lazarte. La líder masista aseguró que desconocía los hechos y pidió transmitir la pregunta a la citada bancada. Moroni incluso advirtió con retirarse del cónclave y dejar en manos de un cabildo la decisión de su continuidad.
El jefe de bancada del MNR-FRI, Óscar Zamora, restó importancia a las movilizaciones y dijo que aunque están mal, sólo les perjudicó el ruido. “Las amenazas ya no valen”, añadió.
Para los asambleístas de Podemos, esto representa una forma de amedrentamiento injustificable. Así lo dijo Gamal Serhan, y Manfredo Bravo aseguró que pese a las presiones ellos no abandonarán el hemiciclo.
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