Bolivia enfrenta una profunda desigualdad digital: internet lento, caro y limitado, especialmente en zonas rurales. La falta de infraestructura propia, la dependencia de paÃses vecinos y altos costos condenan a miles a la exclusión. Sin conectividad, no hay educación, salud ni ciudadanÃa plena. La transformación requiere inversión, visión de Estado y compromiso real para cerrar la brecha que limita nuestro desarrollo.