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- Del crecimiento lineal al exponencial: cómo las leyes de la disrupción empresarial están cambiando el mundo
Aunque el uso de la tecnología digital no es un suceso reciente (la primera patente data de hace más de 100 años) su evolución en los últimos años ha sido muy rápida, incluso más rápida de lo que puede captar la intuición humana. Eso ha permitido que se desarrollen nuevos modelos de negocios o disrupción en diferentes empresas que les ha permitido tener un crecimiento exponencial en vez de uno lineal. Pero, ¿cuáles son las leyes que han permitido o permiten la disrupción empresarial? Existen al menos seis leyes fundamentales que han hecho todo esto posible. Gordon Moore, cofundador de Intel, en 1965 observó que se podía reducir el tamaño de los transistores sin dejar de mantener su eficiencia. Esta afirmación; ahora conocida como la Ley de Moore, establece que cada 18 meses las computadoras duplican su capacidad para procesar la información. Mientras que Robert Metcalfe en 1976, estableció que el valor de una red de telecomunicaciones aumenta proporcionalmente al cuadrado del número de usuarios del sistema. La Ley de Metcalfe fue formulada en relación con Ethernet. La ley establece que el valor de una red aumenta exponencialmente con cada usuario adicional que se une a ella. Esto significa que a medida que cuantas más personas se unen a una red, su utilidad crece a un ritmo exponencial y también lo hace el valor de la tecnología. Por ejemplo, cuando se creó Facebook, contaba con pocos usuarios y tenía limitadas capacidades, pero a medida que más personas se unían a la red y aportaban más contenidos, volviéndola más útil y valiosa para sus usuarios. Estos principios no solo son aplicables en cuanto a las telecomunicaciones, sino que también están aplicables a cualquier sistema que transmita información, desde los teléfonos hasta las últimas aplicaciones y redes sociales, y, más recientemente, los activos digitales basados en blockchain. La ley del ancho de banda o Ley de Hartley establece que la cantidad de datos que pueden transmitirse a través de una red viene determinada por su ancho de banda, o la cantidad de información que puede transportar. Es decir, las redes con mayor ancho de banda son capaces de transmitir más datos en menos tiempo. Las leyes de Moore y Metcalfe están estrechamente relacionadas con esta ley. La ley de Edholm dice que la velocidad de transmisión de datos aumentará el doble cada dieciocho meses, y se cumple desde la década de 1970. Por ejemplo, podemos ver esta ley en funcionamiento con Internet, los teléfonos móviles y las redes inalámbricas. Los efectos combinados de las leyes de Moore, Metcalfe y Edholm han conducido a un notable aumento de las capacidades de la tecnología informática en las últimas décadas. La ley de Butter, afirma que la cantidad de información transmitida por una única fibra óptica se duplica cada nueve meses, lo que significa un aumento exponencial con los años. Hay una variación de esta ley para otros medios de comunicación, sea el cable, el ADSL, VDSL o inalámbricas como 3G, LTE y más recientemente, 5G. Mark Kryder formuló una observación a finales de los 90 y principios del 2000, que la capacidad de almacenamiento y la cantidad datos almacenados por centímetro cuadrado del disco duro se dobla cada 13 meses. La verdad es que la tendencia ha disminuido, y se duplica cada 16 o 17 meses. Pero, de todas formas, sigue siendo más rápido que la ley de Moore. La ley de Kryder describe el potencial teórico de la tecnología. Solo una parte de ese potencial va a mejorar el rendimiento de los dispositivos de mercado masivo. La otra parte, sin embargo, irá a reducciones de costos para el consumidor: los equipos, la conexión a Internet y la capacidad de almacenamiento pasan a ser no solo mejores, sino también cada vez más baratos. Estas leyes tienen en común, que el crecimiento es exponencial, ya sea la capacidad de procesamiento, la velocidad de comunicación o la capacidad de almacenamiento, y el resultado son innovaciones tecnológicas más rápidas, mejores y más baratas. Además, estas leyes tienen un impacto en los costos de transacción, que son cada vez más baratos, afectando las cadenas de valor de muchas industrias. La velocidad del avance de la tecnología digital ha permitido generar modelos de negocios disruptivos en las empresas, con crecimientos exponenciales en vez lineales, así que su crecimiento acaba reforzando su posición dominante en el segmento del mercado, convirtiéndolos en casi monopolios tecnológicos. Columna originalmente publicada en eju.tv, público.bo, rimaypampa, asuntoscentrales y Economy
- Tendencias tecnológicas que marcaron el 2023
Hace un poquito más de un año, escuchamos esta frase que sin duda marco un hito en la historia del internet, o mejor dicho lo que viene después del internet: "Nos emociona anunciar ChatGPT, queremos saber qué les parece". Lo que vino después fue un terremoto tecnológico: la llegada, por primera vez, de la inteligencia artificial (IA) al alcance de todos. El lanzamiento de ChatGPT, reavivo el uso de la IA; término que fue acuñado en 1956 por John McCarthy, aunque Alan Turing es considerado el padre de la IA, desarrollando la prueba de Turing poco después de la Segunda Guerra Mundial. La IA ha experimentado un avance significativo durante el 2023, con avances en áreas como el aprendizaje automático, el procesamiento del lenguaje natural y la visión artificial. Estos avances están teniendo un impacto en una amplia gama de industrias, desde la fabricación hasta la atención médica. Uno de los avances más importantes en IA en 2023 ha sido el desarrollo de sistemas de IA más capaces de aprender y adaptarse. Estos sistemas se basan en el aprendizaje automático, que permite a las máquinas aprender de los datos sin ser explícitamente programadas. Los sistemas de aprendizaje automático se están utilizando en una amplia gama de aplicaciones, desde la detección de fraudes hasta la recomendación de productos. En 2023, la inteligencia artificial ha avanzado en el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial que pueden entender y generar lenguaje natural. Estos sistemas se fundamentan en la investigación del lenguaje natural, lo cual posibilita a las máquinas comprender y generar texto a partir de seres humanos. Los sistemas de procesamiento del lenguaje natural se están utilizando en una amplia gama de aplicaciones, desde la traducción automática hasta la creación de contenido creativo. Finalmente, la visión artificial ha experimentado un avance significativo en 2023. Los sistemas de visión artificial permiten a las máquinas ver y comprender el mundo que les rodea. La visión artificial se está utilizando en una amplia gama de aplicaciones, desde la conducción autónoma hasta la seguridad. Algunos de los campos en los que la IA ha demostrado su valor durante este 2023 son la medicina, la educación, el entretenimiento, la seguridad y la movilidad. Por ejemplo, se han creado sistemas de diagnóstico médico basados en IA que pueden detectar enfermedades con mayor precisión y rapidez que los humanos, así como plataformas educativas personalizadas que se adaptan al ritmo y las necesidades de cada estudiante. También se han desarrollado sistemas de generación de contenido audiovisual que pueden crear películas, series, música y videojuegos a partir de textos o imágenes. Además, se han mejorado los sistemas de reconocimiento facial, de voz y de objetos, que permiten una mayor seguridad y comodidad en el acceso a dispositivos, servicios y espacios. Asimismo, se han establecido sistemas de conducción autónoma que pueden transitar por las carreteras sin intervención humana, disminuyendo los accidentes y las emisiones. La tecnología de la inteligencia artificial es una poderosa herramienta que puede mejorar la calidad de vida de las personas y del planeta, pero también plantea desafíos éticos, sociales y legales que deben ser tratados con responsabilidad y criterio. Microsoft apostó por la incorporación de ChatGPT en Bing y después integrarlo en Edge, disputando como nunca el mercado publicitario y generando miles de millones de ingresos adicionales. Más tarde lanzo Copilot que integro a todas las aplicaciones de Microsoft 365. Google lanzó Bard para competir con ChatGPT, pero recientemente lanzó Gemini; un modelo de inteligencia artificial, que es la tecnología con la que funciona Bard en sustitución de PaLM, aunque sus resultados no han sido los esperados. Sin lugar a dudas, el 2023 fue el año de la inteligencia artificial (IA), alcanzando nuevos niveles de sofisticación y capacidad, debido al desarrollo de algoritmos más eficientes, el aumento de la potencia computacional y la disponibilidad de grandes volúmenes de datos. Aún más significativo ha sido el modo en que las personas han aplicado esta tecnología para su uso cotidiano a través de increíbles aplicaciones cuyos efectos, sin duda, los veremos el próximo año. Columna originalmente publicada en eju.tv, público.bo, rimaypampa, asuntoscentrales y Economy
- Sin cambio cultural no hay transformación digital
La transformación digital busca aprovechar las tecnologías digitales para optimizar o generar nuevos productos, servicios, procesos y modelos de negocio. Se trata de una revolución que afecta a todos los sectores y ámbitos de la sociedad, otorgando grandes oportunidades para generar valor, crecimiento y desarrollo. No obstante, la transformación digital también conlleva importantes retos y riesgos, tales como la adaptación al cambio constante, la competencia global, la seguridad y la privacidad, la brecha digital, etc. Para afrontar estos retos y aprovechar las ventajas de la digitalización, las empresas y las organizaciones deben estar preparadas y dispuestas a cambiar. A pesar de que todos creen que la transformación digital es una transformación tecnológica, vengo repitiendo hasta el cansancio que la transformación digital, es en realidad una transformación cultural con base tecnológica. La cultura se refiere al conjunto de valores, creencias, normas y prácticas que comparten y guían el comportamiento de las personas en una organización. La cultura determina cómo se percibe, se interpreta y se responde a la realidad, y cómo se interactúa con los demás. Como es predecible, los cambios provocados por la transformación digital interactúan con estos agentes culturales. Por lo tanto, si estos factores no cambian para adaptarse al cambio inminente, la transformación digital se verá afectada. Muchas veces nos olvidamos de que, sin el compromiso y la participación de los que están en el día a día de las operaciones, cualquier cambio tecnológico está predestinado a fallar. Y es que sin cambio cultural no hay transformación digital exitosa. No se puede lograr una transformación digital, si no se logra cambiar la cultura organizacional de las empresas. Cada empresa tiene su propia identidad cultural y en especial las empresas más antiguas, tienen muy arraigado la cultura organizacional con la que nacieron. Pero, quienes poseen y se aferran a esa cultura organizacional son las personas, en especial las que defienden a rajatabla “así lo hemos hecho siempre”, que no quieren cambiar las formas en las que han venido ejecutando los procedimientos escritos o no, por no salir de su zona de confort y enfrentarse a aprender algo nuevo. Es fundamental que los miembros de la organización estén dispuestos a abandonar viejas formas de pensar y trabajar, para abrazar nuevas formas de operar en un entorno cada vez inexorablemente digital. El mayor reto es vencer esa resistencia natural a cambiar que tienen las personas y el mayor freno a los cambios es el miedo. Y en especial las personas mayores, son las que tienen mayor aversión al riesgo y por ende al cambio, en especial en adquirir nuevas competencias y sobre todo competencias digitales. Particularmente, para las empresas tradicionales, cambiar su cultura organizacional es uno de los retos más difíciles que afrontar en la era digital. Si no comprenden que, del cambio en la cultura organizacional, depende el futuro de la empresa, están condenados a desaparecer y ser absorbidos por startups que tienen como principal elemento la satisfacción de sus clientes y son ágiles para adaptarse a los cambios del mercado. Obviamente, el cambio cultural en las organizaciones debe partir del compromiso de la alta dirección y para esto se requiere un nuevo tipo de liderazgo. Los líderes deben ser los primeros en dar el ejemplo y transmitir el sentido y la importancia del cambio a todos los niveles. La cultura de la empresa influye en el ritmo de adaptación a los cambios, la colaboración y la innovación porque la transformación digital requiere que tanto los ejecutivos como los empleados estén dispuestos a asumir riesgos y aprovechar las oportunidades. En resumen, el cambio cultural es clave para el éxito de una transformación digital. Columna originalmente publicada en eju.tv, público.bo, rimaypampa y asuntoscentrales.
- La transformación digital genera disrupción
David L. Rogers, un profesor de la Columbia Business School escribió un libro llamado “The Digital Transformation Playbook”. En este libro, él ofrece su visión sobre la transformación digital, con un enfoque estratégico en lugar de operativo. El autor identifica cinco dominios clave para la transformación digital: clientes, competencia, datos, innovación y propuesta de valor. El primer dominio es que para cualquier empresa lo más importante deben ser los clientes. Aunque, los clientes han ido evolucionando con el tiempo y se han transformado un nuevo consumidor digital. El acceso a la información permite que los clientes estén muy bien informados. Parece que también les está llevando a ser menos leales que anteriormente. Veamos Best Buy. Best Buy sufre el hecho de que muchos clientes van a sus tiendas, prueban varios productos, y después, estando todavía en la tienda, sacan su teléfono móvil, miran en Amazon y compran el producto allí, en el momento. Los clientes se están volviendo más sofisticados y menos leales a sus marcas y productos habituales. Esto a fin de cuentas significa que las razones de ventaja competitiva de antes están desapareciendo en general. El segundo dominio que debemos considerar es la competencia. Uno de los tópicos de la transformación digital es que a menudo facilita la entrada de nuevos actores en un sector con ideas frescas y una agilidad para responder a las necesidades del mercado. Por ese motivo, es de esperar una competencia creciente en numerosos dominios en los que tiene impacto la transformación digital. Una de las cosas que hace es que empieza a difuminar los límites entre los diversos sectores productivos. Empresas que fueron socias ahora compiten cada vez más. Solo hay que ver cómo compiten Google, Apple y Amazon cada vez más en varios dominios del amplio espacio de la tecnología digital. Pero también esto ha permitido que se rompan las integraciones verticales y se logren economías colaborativas entre empresas que compiten en el mismo sector. El tercero es el de los datos. Ahora los datos son el nuevo petróleo del siglo XXI y son ubicuos en un mundo de redes sociales y tecnología digital. Hay enormes cantidades de datos disponibles no solo para los consumidores, sino también las empresas, que pueden aprovecharlos y mejorar sus productos. Veamos el caso de Waze, por ejemplo. Waze es una aplicación que utiliza los datos de los móviles de la gente para determinar donde hay atascos de tráfico; y también utiliza las redes sociales para permitir a los usuarios que informen de si por ejemplo el atasco se debe a un accidente, o quizá, a escombros en la carretera. Eso le permitió a Waze que fuera adquirida por Google, el 2013 por 966 millones de dólares. A pesar de la integración, Waze sigue siendo una aplicación independiente con alrededor de 151 millones de usuarios activos mensuales en todo el mundo. Utilizando datos se pueden crear un valor añadido único, y eso lo vemos en un gran número de sectores. El cuarto dominio que debemos considerar es la innovación. En un mundo de economía digital, vemos la capacidad de hacer ensayos rápidos con la innovación como nunca hemos visto antes. Esto está acelerando el ciclo de innovación, y permitiendo a las empresas hacer experimentos en tiempo real con sus productos y probar prototipos de forma muy económica. Un ejemplo es Facebook. Son capaces de ofrecer nuevas características y ofertas en su plataforma de manera que les permite experimentar y aprender en tiempo real. Lo mismo sucede con los simuladores, se pueden hacer muchas pruebas antes que se fabrique cualquier producto, lo que acelera el proceso ensayo-error y por ende la innovación. El último dominio que sufre el impacto es la propuesta de valor, es decir; cuál es el valor que se crea y entregas a los clientes a partir de nuestro bien o servicio, y qué valor capturas para ti. Estamos viendo nuevas formas de proporcionar valor de forma creativa, aprovechando la tecnología digital. Veamos Uber, por ejemplo. De nuevo, aprovecha la tecnología móvil y las redes sociales para ofrecer una nueva propuesta de valor para clientes que buscan servicios tradicionales de transporte de particulares a precios muchos menores que su competencia y con mucho mayor calidad y rapidez en la prestación del servicio. Por esto, podemos afirmar que la transformación digital tiene la capacidad de ser disruptiva de muchas formas, reinventando los modelos de negocio y la creación de nuevos productos y servicios, impulsados por la tecnología. Columna originalmente publicada en eju.tv, público.bo, rimaypampa y asuntoscentrales.
- ¿Qué es la tecnología disruptiva?
Primero tenemos que definir ¿qué es la disrupción? La disrupción es una interrupción o rompimiento con la manera tradicional de ejecutar algo, o, dicho de otra manera, es interrumpir la llegada a un objetivo predecible a través de una acción diferente a la tradicional, que rompe con el pasado y crea un futuro absolutamente diferente, siendo al mismo tiempo destructivo y creativo. La disrupción no es un fenómeno reciente; en realidad, podríamos afirmar que Cristóbal Colón fue disruptivo al señalar que podía llegar al Asia cruzando el mar, aunque en su camino se tropezó con el descubrimiento del continente americano. Por ejemplo, los relojes digitales reemplazaron a los relojes con cuerda mecánica basados en muelles y engranajes, o las cámaras digitales sustituyeron a las cámaras de película (que tenían que ser reveladas con químicos). Lo nuevo de la disrupción es que, en las últimas décadas, se ha asociado al área tecnológica y de negocios, para referirse a la introducción de nuevos procesos, métodos o productos, que cambian la forma en la que tradicionalmente se hacía las cosas, agregando valor al sector al que están dirigidos. Pero la disrupción no solo tiene que ver con cambios en la tecnología. El walkman utilizó tecnología existente, compactándolo y convirtiéndolo en un reproductor portátil, y aunque la tecnología no cambio sustancialmente, la propuesta de valor sí. Lo mismo sucedió con Airbnb o Uber, siempre se ha alquilado una casa o contratado un transporte. Aquí, lo que cambio es la utilización de la tecnología para acercar la demanda con la oferta, creando eficiencias de mercado y creando nuevas propuestas de valor para los que participan en el intercambio, creando una disrupción en el mercado. Otros ejemplos de un nuevo modelo de negocio que genera una disrupción, es Wikipedia, que aunque no tiene la misma “calidad” de un diccionario Larousse o la enciclopedia Britannica, su modelo de utilización de información colaborativa le permite tener un acceso gratuito para cualquier usuario, otorgando suficiente valor como para poder penetrar en el mercado y captar gran parte del mercado de los diccionarios y las enciclopedias. La tecnología disruptiva genera dos tipos de crecimiento: el crecimiento sostenible y el crecimiento disruptivo. El crecimiento sostenible es aquella que genera una mejora el rendimiento de los productos o servicios existentes, sin alterar sustancialmente el mercado. Por ejemplo, la mejora de la calidad de imagen de las cámaras digitales o la velocidad de los microprocesadores en las computadoras. El crecimiento sostenible suele beneficiar a las empresas líderes en su segmento, que pueden aprovechar su posición dominante y sus recursos para adaptarse a las nuevas tecnologías. En cambio, el crecimiento disruptivo es aquel que crea nuevos mercados o segmentos de clientes, ofreciendo productos o servicios más simples, baratos o accesibles, que satisfacen las necesidades o resuelven el problema de un público que no estaba atendido por las soluciones tradicionales. Por ejemplo, el surgimiento de los teléfonos inteligentes, que combinan varias funciones en un solo dispositivo, o las plataformas digitales, que conectan directamente a los proveedores y los consumidores, casi eliminando a los intermediarios. El crecimiento disruptivo suele perjudicar a las empresas establecidas, que pueden perder cuota de mercado o quedar obsoletas ante las nuevas propuestas de valor generadas por las startups, que generalmente son más ágiles y reaccionan más rápido a los cambios de los clientes. La disrupción con base tecnológica afecta a las empresas en general, ya que les obliga a estar atentas a los cambios en el entorno, a anticiparse a las necesidades y expectativas de los nuevos consumidores digitales, y a innovar constantemente para mantener su competitividad. Las empresas que quieren sobrevivir y prosperar en la era de la disrupción deben estar dispuestas a cambiar su cultura organizacional y adoptar una cultura de aprendizaje, experimentación y adaptación, que les permita identificar las oportunidades y los riesgos que plantean las nuevas tecnologías, y desarrollar estrategias para aprovecharlas o mitigarlas. La disrupción es un fenómeno que implica una transformación profunda en el mundo de los negocios, y cuando es impulsada por las innovaciones tecnológicas es conocida como transformación digital. La disrupción puede generar un crecimiento o de declive para las empresas, dependiendo de su capacidad para adaptarse y reinventarse ante los nuevos escenarios. La disrupción es un reto, pero también una oportunidad, para las empresas que quieren diferenciarse y crear valor en el mercado. Por eso, afirmamos que la transformación digital tiene una capacidad de ser disruptiva en muchas formas, que no necesariamente son tecnológicas, pero que sí plantean un nuevo modelo de negocio que genera una propuesta de valor diferente a la existente. La transformación digital tiene la capacidad de ser disruptiva de muchas formas, pero será tema de otro artículo. Columna originalmente publicada en asuntoscentrales, eju.tv, público.bo y rimaypampa
- La ola de la inteligencia artificial
Recuerdo muy bien cuando Andrés Oppenheimer en su libro “Sálvese quien pueda”, analiza cómo la tecnología y la inteligencia artificial están transformando el mercado laboral y qué profesiones y habilidades serán más demandadas en el futuro, nadie esperaba la revolución que ha generado la explosión en el uso de la inteligencia artificial. Según el libro (2019), algunas de las profesiones y habilidades que más se demandarían en el futuro serian: Profesiones relacionadas con la creatividad, como artistas, escritores, diseñadores, músicos, etc. Profesiones relacionadas con la empatía, como psicólogos, terapeutas, coaches, enfermeros, etc. Profesiones relacionadas con el liderazgo y la gestión de equipos humanos y virtuales. Profesiones relacionadas con la educación y el aprendizaje continuo, como maestros, tutores, mentores, etc. Habilidades como la adaptabilidad al cambio, la curiosidad intelectual, el pensamiento crítico y el trabajo colaborativo. Algunos expertos creen que la Inteligencia Artificial podría sustituir o afectar a profesiones que requieren habilidades de comunicación, análisis o asesoramiento. Profesiones como el diseño web, etc. están entre las más expuestas al impacto de la tecnología, junto con los desarrolladores o los escritores. Sin embargo, esto no significa que estas profesiones vayan a desaparecer por completo, sino que tendrán que adaptarse al uso de esta nueva tecnología. Lo interesante de este fenómeno es que, mientras que la automatización tiende a eliminar los empleos que implican tareas repetitivas y requieren menos preparación y menor remuneración, la tecnología de Inteligencia Artificial ha hecho más vulnerables las profesiones con salarios elevados (directores ejecutivos) y estudios superiores (en la mayoría de los casos, estos aspectos van de la mano). Durante una conferencia organizada por la Universidad Privada Boliviana, Luc Julia (cocreador de Siri) afirmó que la Inteligencia Artificial nunca sustituirá a la inteligencia humana, y que no existe una única forma de Inteligencia Artificial, sino múltiples formas que sirven como herramientas para ayudarnos a trabajar más rápido. Sin embargo, el uso de estas herramientas depende de la persona que las maneja. En otras palabras, el poder de la Inteligencia Artificial lo determina el usuario y la finalidad que le asigne. La inteligencia artificial (IA) está transformando rápidamente el mundo empresarial, mejorando la eficiencia y la productividad mediante la automatización de tareas repetitivas y aligerando la carga de trabajo de los empleados. Esto les permite centrarse en tareas más importantes y creativas, impulsando en última instancia la innovación y la competitividad. El procesamiento en tiempo real de grandes cantidades de datos permite a las empresas tomar decisiones más informadas y precisas, aumentando así la rentabilidad y el éxito. Analizando los datos de los clientes, como el historial de compras, las preferencias y las necesidades individuales, las empresas pueden mejorar la experiencia del cliente mediante ofertas personalizadas, fomentando en última instancia la fidelidad y reforzando la reputación y el éxito de la empresa. Sin embargo, es importante señalar que la IA por sí sola no puede resolver los problemas de una empresa. Es crucial un cambio en la cultura empresarial, desde la mentalidad tradicional de "así es como siempre lo hemos hecho" a otra que adopte la toma de decisiones basada en los datos y que este centrada en la satisfacción del cliente. De hecho, la mayor transformación en una empresa es la transformación cultural que puede usar la base tecnológica para crear una disrupción en el mercado, pero eso será tema de otro artículo. Columna originalmente publicada en rimaypampa, público.bo y eju.tv.
- Inteligencia Artificial en todo y para todo
En cualquier conversación familiar o de amigos, es inevitable hablar de la Inteligencia Artificial y sobre todo sobre el Chat Bot GPT pues está de moda. Hace un par de días escribí un artículo titulado “Inteligencia Artificial y Transformación Digital”, artículo que fue escrito casi en su totalidad con el Chat GPT y si la mayoría no llego al final del articulo no se dio cuenta de ese pequeño detalle. Es tal el boom del Chat GPT que se estima que alcanzó los 100 millones de usuarios activos en solo dos meses después del lanzamiento, siendo la aplicación para consumidores de más rápido crecimiento en la historia. TikTok tardó unos nueve meses, Instagram dos años y medio y Spotify tardó casi 5 años en llegar a los 100 millones de usuarios. La empresa OpenAI fue creada el 2015 en San Francisco por un grupo de empresario; entre ellos Elon Musk (quien renuncio el 2018 pero sigue siendo donador), y en diciembre del 2022 lanzo el Chat GPT-3 (Generative Pre-trained Transformer 3). El 2019, Microsoft invirtió mil millones de dólares y créditos en la nube en OpenAI, y compró una licencia para la tecnología GPT-3 en 2020, lo que hizo que sonaran las alarmas en Google, pues su buscador es su principal fuente de ingresos. En enero de este año, Microsoft anunció un nuevo nivel en su alianza con OpenAI, que se cree se ha traducido en una inversión de 10.000 millones de dólares que Microsoft realizará en OpenAI a lo largo de varios años, incorporando la última versión de esta tecnología en su buscador BING. Así que nos espera una batalla muy interesante entre los dos gigantes que seguro nos beneficiará a todos. Lo único de malo, por el momento, es que Chat GPT-3 está limitada a la información que llega hasta septiembre el 2021. Por ejemplo, si le preguntas que paso entre Shakira y Piqué, te dirá que no tiene acceso a información privada o personal de Piqué y Shakira, o peor si le preguntas cuanto vale un Bitcoin te dirá que su valor fluctúa constantemente en función de la oferta y la demanda. Hay otras herramientas como Perplexity, que están actualizada al día con la información ó ChatSonic que hace lo mismo que Chat GPT-3 pero todos sus datos están actualizando día a día. Puedes hacer las mismas preguntas que le hiciste a Chat GPT-3 y te contestaran con información actual. Lo cierto es que el uso de la Inteligencia Artificial (IA) se ha masificado en todo y para todo, tanto así que incluso hay páginas web que son directorios de todas las páginas web que usan IA para diferentes categorías como, por ejemplo: Aifindy o Futurepedia. Algunas de las aplicaciones más populares de inteligencia artificial son: Herramientas y aplicaciones de inteligencia artificial en marketing, aplicaciones para la generación de contenidos, como Articoolo y Buzzsumo, aplicaciones para la generación de presentaciones, como Beautiful y Tome, asistentes virtuales como Siri y Google Now, aplicaciones que ayudan a mejorar la salud mental, como Youper o aplicaciones para la automatización de procesos industriales. Obviamente, como en casi toda nueva tecnología, la mayoría son páginas web gratuitas aunque algunas ya tienen sus versiones de paga, que ofrecen características premium. Lo cierto, es que, si bien la apuesta por la inteligencia artificial busca automatizar procesos y por ende reducir personal que realiza tareas repetitivas, también ha ingresado en áreas creativas que antes se pensaba era imposible sustituirlas por “maquinas”. Ahora bien, como dice mi amigo el Dr. Alberto Sanjines Unzueta “…la exigencia de usuario tiene que ver con la calidad del resultado, y ya no con el detalle de si es o no IA”. Es decir el resultado del uso de la Inteligencia Artificial dependerá de quien lo use y como lo use. Un martillo es una herramienta que puede servir para construir o destruir, dependiendo de las manos en la que este. Lo cierto es que ahora tenemos la Inteligencia Artificial en todo y para todo. Columna originalmente publicada en eju.tv , estotambiensucede y público.bo el 9 de marzo de 2023.
- Inteligencia Artificial y Transformación Digital
La Inteligencia Artificial (IA) y la transformación digital son dos temas que están cada vez más presentes en nuestra vida diaria. La IA se refiere a la capacidad de las máquinas para simular la inteligencia humana, mientras que la transformación digital se refiere al proceso de adoptar tecnologías digitales para mejorar los procesos y servicios de una empresa. Ambas tienen un impacto significativo en la forma en que vivimos y trabajamos, y juntas pueden tener un impacto aún mayor. La IA se utiliza cada vez más en la transformación digital de las empresas. El aprendizaje automático, una rama de la IA, se utiliza para analizar grandes cantidades de datos y descubrir patrones que pueden ser utilizados para mejorar los procesos de negocio. Por ejemplo, una empresa de seguros puede utilizar el aprendizaje automático para analizar datos de siniestros y descubrir patrones que pueden ayudar a prevenir futuros accidentes. El procesamiento del lenguaje natural, otra rama de la IA, se utiliza para mejorar la interacción con los clientes. Las empresas pueden utilizar chatbots basados en IA para proporcionar servicio al cliente en línea, lo que permite a los clientes obtener respuestas rápidas y precisas a sus preguntas. Esto no solo mejora la experiencia del cliente, sino que también libera a los empleados de tareas repetitivas para que puedan enfocarse en tareas de mayor valor. La IA también se utiliza para mejorar la toma de decisiones en las empresas. Los algoritmos de IA pueden analizar datos y proporcionar recomendaciones sobre cómo mejorar los procesos o incluso tomar decisiones automáticamente. Esto puede ayudar a las empresas a ser más eficientes y tomar decisiones más informadas. En resumen, la IA y la transformación digital son dos temas clave que están transformando la forma en que vivimos y trabajamos. La IA se utiliza cada vez más en la transformación digital de las empresas, ayudando a mejorar los procesos de negocio, la interacción con los clientes y la toma de decisiones. Estas tecnologías juntas proporcionan un gran potencial para mejorar la eficiencia y la competitividad de las empresas. La inteligencia artificial (IA) es una tecnología que tiene el potencial de transformar la manera en que las personas interactúan con el mundo y con las máquinas. Está cambiando la forma en que se realizan muchas tareas y está impulsando la transformación digital en muchos sectores, incluyendo la atención médica, la educación, el entretenimiento, la financiación y el comercio. Una de las principales ventajas de la IA es su capacidad para analizar grandes cantidades de datos y tomar decisiones basadas en esos datos de manera más rápida y precisa que las personas. Esto permite a las empresas y a otras organizaciones mejorar la eficiencia y reducir costos al automatizar tareas y procesos. Además, la IA también puede ser utilizada para mejorar la experiencia del usuario al personalizar productos y servicios de acuerdo con las preferencias y necesidades individuales. Otra área en la que la IA está teniendo un gran impacto es en la automatización de la producción. Las empresas están utilizando robots y otras tecnologías de IA para mejorar la eficiencia y reducir costos en la fabricación de productos. En resumen, la IA está teniendo un gran impacto en la transformación digital al proporcionar a las empresas y otras organizaciones una mayor eficiencia y capacidad de análisis, al tiempo que mejora la experiencia del usuario y la automatización de la producción. Aquí hay algunos otros aspectos de la IA y su impacto en la transformación digital: Análisis de datos: La IA permite a las empresas y otras organizaciones analizar grandes cantidades de datos en tiempo real y tomar decisiones basadas en esos datos de manera más rápida y precisa. Esto permite a las empresas mejorar la eficiencia y tomar decisiones más informadas. Personalización: La IA permite a las empresas personalizar productos y servicios de acuerdo con las preferencias y necesidades individuales de los consumidores. Por ejemplo, los sistemas de recomendación utilizan la IA para sugerir productos o servicios basados en el historial de compras y búsquedas de una persona. Automatización: La IA está siendo utilizada para automatizar tareas y procesos en muchos sectores, lo que permite a las empresas reducir costos y mejorar la eficiencia. Por ejemplo, muchas empresas están utilizando robots y otras tecnologías de IA para automatizar la producción de productos. Mejora de la productividad: La IA también puede ser utilizada para mejorar la productividad de las empresas al permitir que las personas se enfoquen en tareas de mayor valor añadido en lugar de en tareas repetitivas y tediosas. Cambio en los modelos de negocio: La IA está llevando a un cambio en los modelos de negocio en muchos sectores. Por ejemplo, muchas empresas están utilizando la IA para ofrecer servicios personalizados de manera más eficiente, lo que permite a las empresas expandirse a nuevos mercados y generar nuevas fuentes de ingresos. Impacto en el empleo: La IA está cambiando la forma en que se realizan muchas tareas, lo que puede tener un impacto en el empleo. Por un lado, la IA puede automatizar muchas tareas que anteriormente eran realizadas por personas, lo que puede llevar a la pérdida de empleos. Por otro lado, la IA también puede crear nuevos empleos en áreas como el desarrollo de tecnología y el análisis de datos. Ética y responsabilidad: Al utilizar la IA, es importante considerar cuestiones éticas y de responsabilidad, como la privacidad de los datos, la transparencia en el proceso de toma de decisiones y el impacto en el empleo y la sociedad en general. ¿Les sorprendería si les digo que todas las líneas de arriba han sido escritas con Inteligencia Artificial? Pues si, todo fue escrito con IA de ChatGPT… ¿¿¿Que les parece??? IMPRESIONANTE!!! ¿Se imaginan todo lo que se puede hacer con IA? El cielo es el límite. Columna originalmente publicada en público.bo y eju.tv, el 26 de enero de 2023.
- Maestros digitales - Liderazgo y transformación digital
Cuando una empresa decide encarar un proceso de transformación digital, no los define la cantidad de inversión en tecnología, sino la manera en cómo estas han liderado el cambio en la transformación digital. Y sus resultados dependen del nivel el nivel de maestría y agilidad que logran en la combinación de dos dimensiones: sus capacidades digitales (el “qué” de las tecnologías) y sus capacidades de liderazgo (el “cómo” de liderar el cambio). Cada dimensión es distinta y tiene su propio rol, y ninguna es autosuficiente en sí misma. Individualmente, cada una está asociada con diferentes tipos de indicadores financieros, y cada una por su cuenta, sólo ofrece ventajas parciales. Los 4 tipos de organizaciones en el proceso de transformación digital son las descritas en el siguiente gráfico. Los principiantes (Beginners) son organizaciones que están al inicio del “digital journey” y que cuentan con capacidades digitales básicas, y que, con el fin de lograr cierta certeza, muchas de ellas adoptan una estrategia de esperar y ver. Muchas de estas organizaciones creen que la oportunidad digital es sólo para algunas industrias, pero no para ellas. Otras carecen del liderazgo para hacer que la transformación suceda y por lo general, están por detrás de los competidores en cuanto a desempeño financiero. Si su organización es Principiante, debe iniciar con algunos experimentos para probar las “aguas digitales”, construir una visión de su futuro digital e iniciar a desarrollar las capacidades para hacerla realidad. A menudo, el mejor camino es empezar orgánicamente; es decir, con la capacidad que resulte más natural para su organización, y posteriormente, podrá moverse hacia estadios más retadores. Los amantes de la moda (Fashionistas, son organizaciones que están ansiosos por empezar a actuar de inmediato, y corren a adquirir cada nuevo artefacto o plataforma digital, y a pesar de estar al día con las últimas tendencias digitales, estas organizaciones carecen de la estrategia y el liderazgo para sacar el verdadero potencial de tales plataformas. Muchas de estas adquisiciones terminan en soluciones parciales, sin impacto efectivo real, o bien, totalmente olvidadas o relegadas por otra “nueva tendencia”, y por lo general, son organizaciones que gastan mucho en tecnología, pero con réditos bastante limitados. Muchas veces, estas organizaciones se percatan que tienen que dar marcha atrás, con la implementación de iniciativas que se tomaron por mero impulso. Si su organización es amante de la moda, debe iniciar por construir las capacidades de liderazgo y por crear sinergias entre los múltiples esfuerzos digitales, construir una visión unificada e invertir en gobernanza para coordinar entre los distintos silos. Es muy probable que estas organizaciones necesiten contratar un Chief Digital Officer (CDF), así como realizar algunas inversiones con miras hacia un programa digital unificado y coherente. Los conservadores (Conservatives, son organizaciones con importantes niveles de liderazgo a lo interno, pero que su extrema cautela y prudencia, los limita en sus capacidades digitale y no les atrae el experimentar con tecnología, siendo lo opuesto a los amantes de la moda (fashionistas). Tratan de asegurarse que cada nueva inversión en plataformas digitales esté respaldada por cuidadosas consideraciones previas, que involucran la aprobación en múltiples niveles, así como un panorama claro en cuanto a rentabilidad financiera. Los líderes de este tipo de organizaciones evitan a toda costa que los errores en tecnología, les quiten tiempo valioso que pudieron haber utilizado en otras áreas. La gobernanza de este tipo de organizaciones se basa más en el control, las reglas y la búsqueda de la certidumbre, que en los deseos de progreso y sofisticación digital. Esta búsqueda de certidumbre hace que el top management en estas organizaciones se mantenga fijo por muchos años. Si su organización es conservadora, debe tomar ventaja de sus fortalezas en liderazgo, con el fin de construir nuevas y más sofisticadas capacidades digitales y motivar a los empleados y ejecutivos a través de actividades tales como, encuentros orientados a la innovación, charlas tipo TED organizadas e impartidas a lo interno de la organización por los mismos empleados y ejecutivos, hackathons, u otros retos de design thinking multidisciplinarios e interdepartamentales. Los maestros digitales (Digital Masters) son organizaciones que ya han superado las dificultades y retos que actualmente tienen sus competidores en el proceso de transformación digital, y que saben dónde y cómo invertir, y sus líderes están comprometidos a guiar a la organización de manera decidida en el futuro digital. Estas organizaciones ya están explotando su ventaja digital, lo cual les permite construir una ventaja competitiva superior en sus industrias. ¿Qué es aquello que sí han entendido los Maestros Digitales? El nivel de inversión en tecnología es importante, pero hasta cierto punto. La clave está en cómo utilizar tales inversiones para transformar su organización (principalmente su cultura). Lo que los Maestros Digitales entienden en cuanto a capacidades digitales, dónde y cómo invertir en las muchas -pero también confusas- oportunidades del mundo digital. La razón de la inversión debe estar enmarcada dentro de la estrategia. El motivo e impacto de la inversión dentro de la estrategia, es mucho más importante que el tamaño de la inversión. La tecnología es un medio para cambiar la forma en que se opera y compite. (Esto incluye el modelo de negocio, las operaciones internas, y una relación cada vez más personalizada con un cliente cada vez más complejo) Tecnologías como social media, apps, analytics y business intelligence, no representan metas en sí mismas, ni tampoco señales vacías y desconectadas lanzadas al interior y exterior de la organización. Lo que la tecnología ofrece son herramientas, cada vez más sofisticadas, para estar cada vez más cerca del cliente, empoderar a los ejecutivos y empleados en la toma decisiones, y transformar todos los procesos del negocio. Además de la estrategia y el apoyo en tecnologías cada vez más sofisticadas, se necesita algo que va mucho más allá, y ese algo es el liderazgo. El compromiso con el liderazgo es lo que realmente potencia que la tecnología sea el transformador del negocio (no es una frase vacía o de eslogan). Hay poca evidencia de liderazgos bottom-up que hayan transformado por completo una organización. Esto es particularmente cierto en épocas de alta incertidumbre y complejidad. Por el contrario, una transformación organizacional completa requiere un liderazgo top-down fuerte, que establezca una dirección, construya momentum, y se asegure que la organización se alinee ante una visión. Liderazgo top-down no significa una gobernanza dictatorial (pero sí clara y fuerte). No significa un control absoluto de todas las partes de la organización. Tampoco significa tener un plan detallado -con muchísimos puntos escritos en piedra- de la transformación de principio a fin (esto sería prácticamente imposible en momentos en que la complejidad obliga a las organizaciones a ser ágiles y a adaptarse rápidamente). Los líderes crean una visión clara y amplia del futuro, establecen algunos principios fundamentales, pero también involucran a los empleados a ser parte de la construcción y evolución de esa visión a través del tiempo. Los líderes se mantienen involucrados durante la transformación, son la cara visible, manejan la narrativa, son la representación y ejemplo de los nuevos valores y dinámicas, y se encargan de realizar las acciones necesarias para implementar esa transformación. La verdadera ventaja viene de poder acoplar y armonizar las diferentes actividades digitales de la organización. Esto sólo ocurre si todos están en la misma página. Los maestros digitales: a) facilitan las formas y dinámicas para la construcción, entendimiento, asimilación y socialización de visiones radicales acerca del futuro de la organización, b) involucran a sus empleados en esta meta; y c) establecen lazos fuertes entre los técnicos, los ejecutivos, la alta gerencia, y el consejo directivo. Columna originalmente publicada en público.bo y eju.tv, el 24 de noviembre de 2022.
- Liderando la transformación digital
Si bien la transformación digital se apoya en la tecnología para mejorar la experiencia del cliente o el usuario, la principal transformación es el cambio cultural de las personas y las organizaciones. Es decir, a través de un proceso que se inicia con la incorporación masiva de tecnologías digitales, se transforma la vida de las personas y las organizaciones, en beneficio de ellas y de su entorno. Para lograr la transformación digital se requiere un sinfín de conversaciones al interior de cada organización, para repensar varias de las dimensiones críticas del negocio y la organización: su propósito estratégico, la estrategia, el modelo de negocio (su propuesta de valor), la infraestructura social (la cultura organizativa), la infraestructura tecnológica, los procesos operativos, y los más importante la experiencia del cliente o el usuario. Para esto se requiere un nuevo tipo de liderazgo, uno que escuche lo que los nuevos consumidores quieren, y que sea capaz de atender esos requerimientos, pensando en sus sentimientos y emociones, además que entienda que se enfrenta a un nuevo tipo de consumidor más y mejor informado, y que son la principal referencia de venta de los bienes y servicios ofertados. En una startup, este tipo de liderazgo es casi natural, de hecho tiene que venir en el ADN de la startup ofrecer un modelo de negocio disruptivo para atender esas necesidades del mercado o para crear un nuevo mercado donde no existía. En cambio, en una empresa constituida, el líder tiene que ser capaz de dirigir la operación cotidiana de la empresa y el nuevo rumbo que se pretende tomar. Esto puede realizarse de dos maneras: la primera es crear una nueva empresa o unidad, encargada del nuevo modelo de negocio que se busca implementar ó la otra es, a través de un sistema operativo dual, en la cual coexistan la estructura organización actual y una red de voluntarios de diferentes áreas y jerarquías que estén entusiasmados con la transformación. Actualmente existe un desajuste creciente en la mayoría de las organizaciones, entre cómo están siendo y como deberían estar lideradas. El MIT realizo una encuesta a 4,394 líderes mundiales de más de 120 países, realizado 27 entrevistas a ejecutivos y sus resultados fueron presentados en un informe elaborado por D. Ready, C. Cohen, D. Kiron, y B. Pring, en el “El nuevo manual de liderazgo para la era digital” publicado por el MIT Sloan Management Review en enero de 2020. En este estudio, se preguntó si los lideres ¿están realmente preparados para la economía digital?, y la respuesta fue NO, no están tan preparados como ellos creen. Y se identificó tres aspectos fundamentales: primero una deficiencia en las destrezas digitales unida a una mentalidad anticuada, segundo una serie de puntos ciegos o barreras mentales que les impiden ver un camino claro hacia adelante y tercero las múltiples tensiones incrustadas que minan la ejecución estratégica. En resumen, solo 1 de cada 10 tienen lideres cuentas con habilidades digitales, 1 de cada 10 lideres cuentan con la mentalidad adecuada para el cambio y 1 de cada 10 organizaciones esta lista para encarar la economía digital, y lo peor, es que mientras 8 de cada 10 de los encuestados creen que se necesitan lideres con destrezas digitales, pero solo 4 de cada 10 organizaciones están haciendo algo para lograrlo. Además los lideres tienen que enfrentarse a cuatro puntos que nublan la perspectiva (puntos ciegos o barreras mentales) para liderar la transformación digital: a) estratégicos; cuando los líderes no logran captar los cambios revolucionarios que hacen cambiar los modelos de negocios en sus industrias, b) culturales; cuando los valores organizacionales están tan arraigados que las mejoras se convierten en una afrenta para las normas apreciadas, c) capital humano; cuando las políticas y prácticas de talento de una empresa refuerzan las prácticas anticuadas de contratación y promoción, y d) personal; cuando los líderes se rodean deliberadamente o por defecto de colegas que refuerzan y permiten el pensamiento del viejo mundo (homofilia). Para lidiar con todo esto necesitamos lideres que adopten cuando menos estas cuatro mentalidades: de productores, de inversores, de conectores y de exploradores. Los productores están obsesionados con los clientes, son expertos en tecnología digital, toman decisiones disciplinadas y sobresalen en la ejecución. Los inversores persiguen un propósito más elevado, operan de manera sostenible, benefician a la comunidad y desarrollan continuamente. Los conectores crean asociaciones de confianza, establecen relaciones, desarrollan redes y crean un sentido de pertenencia. Y los exploradores son incurablemente curiosos, operan al borde del caos, prueban, intentan, aprenden, repiten y buscan una amplia aportación. Como verán la transformación digital es una transformación de personas, de ellas mismas, de ellas en sus relaciones personales, de ellas en sus relaciones al interior de su empresa, y fundamentalmente de ellas en sus relaciones con los nuevos consumidores, y la tecnología es solo una herramienta.
- ¿La prestación de servicios públicos debe ser estatal o privada?
El otro día, cuando estaba dando una charla en una universidad, me preguntaron si es mejor que la prestación de los servicios públicos; la mayoría de carácter monopólico ó oligopólico, estén a cargo de una empresa estatal o una empresa privada. Desde que tengo (algo) de uso de razón, la discusión entre los que defienden el socialismo y los que defienden el capitalismo, se centra en si el Estado debe tener control total de la economía o dejar a las fuerzas del mercado que regulen su funcionamiento; es decir, las empresas estatales (públicas) deben promover el desarrollo económico (protegidas por el estado y en muchos casos subsidiadas) o las empresas privadas deben competir por el mercado. Nunca he creído en absolutos y mucho menos ahora que creo que entre el negro y el blanco, existen muchos tonos de grises. Por eso no estoy a favor de inclinar la balanza a ningún lado. Por ende, creo firmemente que ni las empresas estatales (públicas) son ineficientes y corruptas, ni las empresas privadas son eficientes y transparentes por sí mismas. Depende del sector de la economía en la cual participen y de las reglas del juego (que imponga el Estado). Durante la Asamblea Constituyente plantee la implementación de un modelo económico diferenciado, tanto sectorialmente, como territorialmente. Parto de la hipótesis que la homogenización en la aplicación de un modelo económico conduce al fracaso, porque no es posible aplicar el mismo modelo económico a dos sectores diferentes de la economía o dos regiones diferentes de un país. Esto obliga a flexibilidad del Estado para tener reglas del juego diferenciada por sector y por región. Ahí es que, para mí, la autonomía completaba el círculo del modelo económico planteado, porque con un modelo político (también) diferenciado, uno puede promover normas de acuerdo con sus características regionales, capacidades institucionales y condiciones propias. Mientras que, en un modelo político centralista, se busca homogenizar la aplicación de un modelo económico. Existen sectores que por la magnitud de las inversiones necesarias se constituyen en monopólicos, en estos; en especial la de los servicios públicos, es necesario una fuerte presencia del Estado, ya sea a través de empresas estatales (públicas) o una fuerte regulación que proteja a los clientes, usuarios o beneficiarios de tales servicios. El problema de los sectores monopólicos es que normalmente los usuarios son los mas afectados debido a la naturaleza pasiva que adoptan las empresas (ya sean estatales o privadas), al no tener competencia creen que pueden brindar un servicio bajo “sus” condiciones y no de acuerdo con las necesidades de la población. Otro de los problemas es, que la remuneración de los empleados en las empresas estatales normalmente es más baja que en las empresas privadas. Y no tienen “incentivos” para mejorar su producción o la prestación de los servicios públicos, de cualquier manera, a fin de mes recibirán su salario, independientemente de sus esfuerzos o su rendimiento. Su remuneración depende más de las políticas salariales de todo el sector público, sin importar el sector de la economía en el que participan, y no de su productividad o competitividad. En cambio, en una empresa privada, sus remuneraciones están asociadas (directa o indirectamente) a los resultados de la empresa y del sector. Una empresa privada se crea, porque ve una oportunidad en un sector de la economía de generar ganancias que beneficien a sus inversionistas. Una empresa estatal se crea porque debe resolver una necesidad social a partir de una política pública (planificada o no). De ahí que se generan distorsiones, pues mientras las empresas privadas buscan incansablemente la eficiencia, eficacia y economía, las empresas estatales pueden sacrificar estos principios a partir de la premisa “social”. Lo ideal sería tener empresas estatales administradas como empresas privadas, y empresas privadas con un alto grado de responsabilidad social. Lo lamentable es que mientras en el mundo las empresas privadas han avanzado en programas de responsabilidad social empresarial, las empresas públicas no han avanzado ha ser administradas con mayor eficiencia, eficacia y economía. Insisto en que ni unas son malas, ni las otras son buenas por si mismas. Es necesario reglas de juego que sean flexibles a diferentes sectores y regiones, y para eso hay que dejar de pensar en la homogenización y pensar en la diferenciación del modelo económico. Uno de los factores clave post-pandemia, es sin duda la innovación. Una innovación no necesariamente debe ser material, sino que puede incluir la adopción de una visión diferente sobre las tareas que realiza una organización. Lamentablemente existe una disparidad entre el ritmo de la innovación estatal y la privada, y mientras que la innovación te obliga a salirte de las fronteras, “las normas” se convierten en una camisa de fuerza en contra la de la innovación de las empresas estatales o privadas que son contratistas del Estado. Columna originalmente publicada en público.bo y eju.tv, el 20 de octubre de 2022.
- Digitalización en una empresa estatal de servicios públicos
Desde que comenzó la pandemia, he venido insistiendo en que es una gran oportunidad para iniciar un proceso de transformación digital tanto en el ámbito privado como público, comenzando por la digitalización de algunos procesos que generarían un círculo virtuoso que impulse dicha medida. Algunos de mis críticos, me han cuestionado que hice cuando estuve de Gerente General Ejecutivo del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado - SEMAPA, así que he decido aprovechar esta crítica para contar un poco mi experiencia en la digitalización de una empresa estatal de servicios públicos, que estaba anclada en la prehistoria. A pesar de ser ingeniero civil, siempre me apasiono la tecnología y he intentado estar al ritmo de las innovaciones y las nuevas tendencias desde mis años de estudiante donde desarrolle mi primer programa en Basic para las caratulas de todos mis trabajos prácticos con el logotipo de los pumas de la UNAM hasta ahora que diseñe mi propia página web www.gamalserhan.com. Cuando me hice cargo de SEMAPA, la empresa contaba con dos divisiones de catastro, uno técnico y otro comercial. Si bien sus funciones son diferentes sus datos con los que trabajaban deberían ser los mismos, pero cada división manejaba su información por su lado ocasionando problemas de actualización en tiempo real sin mencionar que los formatos de la información eran diferentes. Específicamente, la información de la unidad de catastro técnico no se hallaba acorde a las necesidades de los proyectos y/o renovaciones que se tenían que ejecutar en la ciudad, subrayando que la mayoría de la información provenía de la Alcaldía y otras instituciones. Las redes de distribución de agua potable se administraban con el sistema informático QGis, sin que la herramienta esté utilizada como un verdadero Sistema de Información Geográfico (SIG). En el mismo sistema estaban ubicados los usuarios, pero esta información estaba desactualizada y no disponía de georreferenciación de los reclamos y reparaciones realizadas. Por otro lado, la base de datos de la unidad de catastro comercial era tan antigua que estaba instalada sobre una base Clipper. El sistema no permitía un procesamiento amigable de la información estadística para poder analizar fácilmente tendencias de consumos, adecuación y eficiencia de la medición, etc. Por eso, puse en marcha la actualización de la base de datos con el objetivo de elaborar una cartografía digital, para lo cual tuvimos que estandarizar, normalizar, depurar, completar y actualizar los datos geoespaciales en el área de prestación de servicio, iniciando un proceso de ETL. Dada la desactualización y compartimentalización del catastro técnico y comercial, se decidió, entre otras actividades y sistemas, el empleo de la tecnología de Mobile Mapping LiDAR, a fin de dotar a SEMAPA de una base de datos georreferenciada de elevada precisión con todos sus activos de infraestructura del sistema de agua potable y alcantarillado sanitario en toda el área de servicio. Las imágenes 360º obtenidas simultáneamente a las coordenadas basadas en la nube de puntos LiDAR, nos permitió visualizar desde la oficina todas las calles y vías lo que facilitó la planificación de cualquier intervención en campo, ya sea técnica o comercial. Esto permitió que SEMAPA contará con un SIG, como un valioso recurso de planificación técnico y comercial, que está disponible en su página web (http://200.58.75.119:8080/GisSemapa/publico.jsp); que a la fecha no se si estará actualizado, convirtiendo por primera vez a la información como un activo intangible que podría crecer con el tiempo, siempre y cuando sea alimentado y actualizado. De igual manera se implementó una solución integral, que hacia afuera buscaba empoderar a la ciudadanía a través del desarrollo y uso de tecnología de información y comunicación, a través de dos aplicaciones para uso en los celulares (Android y IoS); una que permite a los usuarios contar con información sobre el perfil de consumo, pagos realizados, facturas, montos adeudados, y notificaciones además de incentivar el consumo de agua eficiente (https://play.google.com/store/apps/details?id=com.geoinpro.consumo&hl=es) y la otra para reportar incidentes en la red de agua potable o alcantarillado (https://play.google.com/store/apps/details?id=com.geoinpro.reclamos&hl=es), y hacia adentro mejorar la eficiencia y eficacia del funcionamiento operativo con un módulo de gestión de las reparaciones (omnicanal), la programación y seguimiento de tareas de la fuerza de trabajo, con un módulo de gestión del consumo individual y colectivo y un tablero o cuadro de mandos digital para uso gerencial con un Business Intelligence (BI) para la toma de decisiones que integraba toda la información técnica y comercial en una sola vista desagregada o agregada a cualquier nivel territorial o funcional, sobre la base del SIG integrado con el Orbit GM, a tal punto que mereció la publicación de un artículo en su revista como un caso de estudio de una experiencia exitosa en el mundo (https://orbitgt.com/wp-content/uploads/2020/05/Orbit-GT-Case-Story-Mobile-Mapping-to-improve-water-utility-services-in-Bolivia.pdf). El camino no fue difícil, fue tortuoso. Hacer entender a los funcionarios públicos que la tecnología puede facilitar su trabajo, que no les quitará el trabajo, que no perderá “poder” y que “así siempre lo hemos hecho” no siempre significa que esta bien hecho, fue un parto diario. Porque como insisto la transformación digital y la digitalización como primer paso, no es una transformación tecnológica, es una transformación cultural con base en la tecnología. Por otro lado, la normativa y las regulaciones conspiran contra la innovación, pero eso será materia de otro artículo. Columna originalmente publicada en público.bo y eju.tv, el 6 de octubre de 2022.




















