No hay fuerza política en la Asamblea Constituyente que no la contemple. Sin embargo, para unos no será sólo departamental sino que bajará a las provincias y se busca la forma de incluir autonomías indígenas. Las autonomías, así, en plural, se han convertido en un tema clave de la Asamblea Constituyente. Para la mayoría de los representantes, la inclusión de regímenes autonómicos será el gran cambio constitucional que experimentará Bolivia luego de agosto de 2007. Para saber cuáles son las propuestas de los principales partidos y agrupaciones ciudadanas con representación en la Constituyente, el Grupo Líder convocó a Raúl Prada (MAS), Gamal Serhan (Podemos), Guillermo Richter (MNR), Ricardo Cuevas (Camino al Cambio), Samuel Doria Medina (UN) y Óscar Madani (AS), para que expongan sus ideas y planteamientos sobre las autonomías.
La primera coincidencia que hubo entre los seis asambleístas es que el proceso ya está en marcha y es imposible de revertir.
Otro consenso es que no se puede quedar en el nivel departamental, sino que tiene que bajar a las provincias e incluso incorporar autonomías indígenas. Este último punto es el menos visibilizado de todos y aún hay dudas sobre la forma en la se lo implementará. La única certeza al respecto es que es indispensable otorgarle a los originarios entidades territoriales y políticas bajo su administración.
El primero en mostrar sus cartas en la mesa redonda realizada en Correo del Sur, fue Ricardo Cuevas. El tarijeño rescata la experiencia que actualmente se aplica en su departamento y en Santa Cruz, donde las prefecturas han distribuido recursos y atribuciones a los subprefectos. Asegura que la idea de autonomías que planteará Camino al Cambio (MNR-FRI) está basada en la pregunta del Referéndum Autonómico, pero con desconcentración hacia las provincias. Dejó abierto el análisis de cómo implementar las autonomías indígenas.
Según Serhan, de Podemos, las autonomías no son nuevas en el país y que ya existe este régimen en los municipios y las universidades estatales. Planteó una autonomía con tres dimensiones: desconcentración administrativa, política y fiscal. Propone, además, capacidades normativas para las nuevas entidades territoriales pero dentro del marco de la unidad nacional y subordinadas al ordenamiento jurídico del país. También plantea tres procesos para alcanzar las autonomías: implementar un documento base en la nueva Constitución, establecer competencias en una Ley de la República y luego cada departamento tendrá que aprobarlo en un referéndum con un umbral de participación del 60% y mayoría simple para su aprobación. Luego, cada región autónoma deberá elaborar su estatuto, en el cual podrá reconocer otras autonomías, como las regionales (mancomunidades de municipios) y las indígenas (a través de municipios indígenas).
Dos visiones contrapuestas
Guillermo Richter (MNR), por su parte, considera que las autonomías son el nuevo camino luego del proceso de la Revolución del 52 y es la mejor forma de acercar la democracia a la gente. Como sus antecesores, plantea autonomías con justicia social y equilibrio, capaz de reconocer la diversidad cultural y las especificidades de las regiones.
También propone articular mecanismos administrativos que permitan la mancomunidad de regiones con características similares. Puso como ejemplo la provincia Vaca Díez de Beni, el departamento de Pando y la provincia Iturralde de La Paz, que podrían mancomunarse sin dejar de pertenecer a sus respectivos departamentos.
El primero en romper el molde fue Raúl Prada. El masista aseguró que las autonomías venían de la autodeterminación de los pueblos y tenían, básicamente, que ver con los indígenas y las nacionalidades. Analizó que el Estado español está conformado por múltiples naciones y que eso es lo que hará Bolivia: crear un estado plurinacional. En ese marco, las autonomías son vitales en la “fundación de la segunda República”. Resumió el proyecto del MAS como un Estado plurinacional con autonomías indígenas, municipales, provinciales, regionales y departamentales.
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